Opinión
La ruleta española
Johan Eimeric
En Población y miopía mental, hace un par de semanas, comentábamos las absurdas diferencias entre los
descuentos en el transporte público para las personas mayores y los
menores de edad. Pero ahora nos encontramos un caso infinitamente peor: la
vacuna de la gripe.
En la pandemia de gripe asiática de 1957-58, las autoridades sanitarias
de Japón descubrieron que las escuelas jugaban un papel importante en
la transmisión de la enfermedad a los adultos. Desde 1962 a 1977
tuvieron prioridad en la vacunación, y entre 1977 y 1994 fue
obligatoria. Ese último año se abandonó. La tasa de mortalidad bajó
espectacularmente, y ahora ha vuelto a subir.1
En teoría, el objetivo final es vacunar anualmente a toda la población,
pero el coste resulta excesivo. Después de todo, los niños pequeños son
ya frágiles de por sí: que sobrevivan los más fuertes. En Estados
Unidos, ya se vacuna a todos los niños menores de 2 años. Mientras
tanto, en Europa se cede la autoridad sobre las vacunaciones a
organismos locales o pseudolocales que intentan atender a una población
progresivamente envejecida con presupuestos insuficientes.
Desafortunadamente, ya llega el examen en forma de dos letras y dos
números que veremos en todas partes: H5N1. Ni siquiera la epidemia
aviar de los Países Bajos en 2003 consiguió unir a este viejo
continente, que se convertirá en el gran consumidor de vacunas y
antigripales... fabricados en otro sitio.
La pandemia más grande del siglo pasado ya nos encontró practicando
activamente la desunión: acababa de terminar la Gran Guerra, y sólo la
libertad de prensa en España, neutral en el conflicto, permitió
informar sobre el mayor problema de salud de la historia: entre 20 y 50
millones de muertos por la "gripe española", entre ellos muchos jóvenes
excombatientes. Fueron más que en la misma guerra. Como decía un médico
militar de Camp Devens,
Boston, a
un colega "solíamos ir al depósito de cadáveres y mirar a los chicos
colocados en largas filas. Supera cualquier imagen que hayan visto en
Francia después de una batalla".
Y unas de las víctimas principales serán nuestros pequeños, contagiándose
activamente en los colegios hasta que se cierren. Después de pasarle la
gripe a los abuelos, sufrirán esa falta de consideración que sólo
podría salvar un gobierno paneuropeo fuerte, que apreciara el futuro en
lo que vale. Esperemos que el previsto European Influenza Task Force, junto con el European Influenza
Surveillance Scheme, consigan compensar de alguna
manera esta fiebre provinciana.
1Will vaccinating children protect the elderly?
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