Nº 32

¿Qué carrera elijo?

Dos de cada tres estudiantes que están a punto de entrar en la Universidad no saben qué quieren hacer, y lo que eligen no se suele corresponder con su personalidad.

Así lo ha deducido un grupo de psicólogos de la Universidad de Cádiz (UCA) después de estudiar la relación entre la personalidad y la elección de carrera en 735 estudiantes de secundaria de la provincia de Cádiz.

Los investigadores evaluaron por un lado los intereses profesionales (con ayuda del cuestionario ‘Kuder-C’) y por otro, los rasgos de la personalidad (con el cuestionario Cattell). La conclusión del trabajo, que se ha publicado en la revista Psychological Reports, es que la forma de ser no parece influir en la profesión elegida.

El Kuder-C se suele usar para ayudar a los estudiantes a orientar su futuro. Evalúa los intereses profesionales según 10 campos diferentes de trabajo: aire libre, mecánico, aritmético, científico, persuasivo, artístico, literario, musical, administrativo y de asistencia social.

El Cattell estudia los rasgos más destacados de la personalidad, como la capacidad de liderazgo o la creatividad. En general, ser extrovertido se relaciona positivamente con la mecánica, la persuasión o la aritmética. Y ser independiente se relaciona de forma negativa con el trabajo de márketing o de asistencia social.

Manuel Antonio García Sedeño, profesor titular de la UCA, autor del estudio, ha respondido a algunas preguntas:

KINDSEIN–¿Quiere este estudio decir que se elige de forma errónea, quizás pensando en las salidas laborales más que en las propias capacidades, vocación, etcétera?

M. A. García Sedeño—No hemos contemplado los errores de elección, aunque otras estadísticas, como la duda ante la carrera —muchos jóvenes no tienen decidido qué quieren hacer un mes antes de realizar la selectividad— o la tasa de abandono universitario —muy alta en nuestro país— serían indicadoras de los posibles errores en la elección.

KINDSEIN—¿Qué se podría hacer para ayudar a los alumnos a elegir bien?

M. A. García Sedeño—Se debería crear un proyecto profesional que recoja la información que el sujeto va recogiendo a lo largo de su escolarización, especialmente desde 1ª de Secundaria —sus motivaciones e intereses, capacidad y competencias, salidas profesionales, profesiones y ocupaciones— y, sobre todo, que ofrezca estrategias para la toma de decisiones.

KINDSEIN—Parece que no tenemos en cuenta ni conocemos nuestra propia personalidad, y nuestra vocación. ¿Es así?

M. A. García Sedeño—Esto es una opinión muy personal, pero el sistema educativo no tiene en cuenta la información que el alumno va adquiriendo sobre sí mismo y sobre las cosas. Más allá del conocimiento enciclopédico, la utilidad de lo aprendido a nivel personal y social no cuenta. Quizás esto es un error, máxime si tenemos en cuenta que hasta los modernos sistemas de gestión empresarial cada vez dan más importancia a la valoración subjetiva del conocimiento. El centro educativo debería favorecer el propio conocimiento con la valoración de las capacidades, necesidades y carencias que cada uno tiene.