Nº 32
Alicia en "Underland"
Debería llamarse Alicia en Underland. En cualquier caso, conviene saber que no tiene mucho que ver con la Alicia original, sino que es una visión postapocalíptica de Tim Burton del clásico Alicia en el País de las Maravillas.
Amanda es así
Amanda Palmer es la mitad de The Dresden Dolls. También es compositora, pianista, artista callejera, provocadora y… explícita.
FLIPS: E-books para niños
FLIPS son los primeros libros electrónicos para niños. Son interactivos, divertidos y una nueva forma de leer.
La "Otra madre" con ojos de botón
A Neil Gaiman, autor de Coraline, le decían de pequeño que tenía que dejar de inventarse cosas porque, en caso contrario, le sucederían cosas terribles.
Mi amigo Mr. Leakey
Cuando le preguntaron qué se podría deducir de la mente del Creador basándose en la obra de Su Creación, John Burdon Sanderson Haldane (1892-1964) respondió: «Que tiene un exagerado cariño a los escarabajos».
«Ganas. Eso es todo lo que os hace falta. Ganas de aprender»
El pasado 30 de marzo, murió Jaime Escalante, el profesor de
matemáticas boliviano que logró convertir un instituto estadounidense en el centro de atención del país. Escalante cambió el rumbo de las vidas de unos estudiantes —jóvenes desmotivados, pandilleros, hijos de familias pobres de origen mexicano— y obligó a replantear la idea preestablecida de quiénes pueden tener éxito académico y quiénes no. Cualquiera puede, demostró Escalante. Sólo hacía falta una cosa, que él recordaba continuamente a sus alumnos: «Ganas. Eso es todo lo que os hace falta. Ganas de aprender». La historia de Escalante en aquel instituto inspiró la película "Con ganas de
triunfar" (Stand and Deliver,
1988). KINDSEIN rinde homenaje al que fue llamado "mejor profesor de América" con su historia, una receta para el éxito.
Más valioso que el dinero
Antes de emigrar a
Estados Unidos, Escalante ya era un profesor de matemáticas reconocido en La Paz. Cuando llegó a Norteamérica, tenía 33 años y no sabía inglés. Realizó todo tipo de trabajos, incluso fregar suelos o hacer hamburguesas, mientras estudiaba inglés por las noches para poder conseguir su
acreditación como maestro. Llegó también a trabajar en una empresa de ordenadores, pero lo cambió por un puesto peor pagado de profesor en un Instituto. Era la Escuela Secundaria
Garfield, en el barrio Este de Los Angeles. El 85% de los alumnos procedía de familias con bajos ingresos, muchas de ellas sin estudios. La moral de la Escuela era muy baja y nadie esperaba nada de esos chicos. «Mis amigos decían
"Jaime, tú estás loco". Pero yo quería trabajar con gente joven», dijo a
The Times. «Eso era más valioso para mí que el dinero».
Le asignaron la enseñanza del nivel más bajo de matemáticas, que era realmente bajo, según LATimes. Pero Escalante acabó enseñando análisis matemático a sus alumnos, y les convenció para que se presentaran al examen nacional avanzado (Advanced Placement Calculus test), una de las pruebas más difíciles para estudiantes de secundaria en Estados Unidos. A finales de los años setenta, sólo se presentaban alrededor del 2% de los estudiantes de último curso de los institutos estadounidenses. El examen daba créditos a los alumnos para ir a la Universidad, siempre que consiguieran un buen resultado.
En 1982, 18 de sus estudiantes se presentaron al
programa de cálculo avanzado. Los 18 alumnos aprobaron, y
siete de ellos con la nota máxima, 5 puntos.
Acusados de hacer trampas
Escalante se
convirtió en el centro de atención del país. Pero no todo fueron buenas noticias. Un equipo
de examinadores les acusó de hacer trampas. Encontraron sospechoso que 14 alumnos cometieran el mismo
error en el ejercicio número seis, entre otras curiosas similaridades.
Los chicos estaban furiosos; creían que no habría ocurrido de no haber sido latinos.
Se les invitó a
repetir el examen. Doce de ellos lo hicieron. Los demás no necesitaban esos créditos para entrar en la universidad. Todos volvieron a aprobar.
Después
de eso, el número de alumnos fue en aumento. En 1983, se presentaron 33
y aprobaron 30. En 1987, 73 estudiantes consiguieron superar la versión
AB del test de cálculo, y otros 12 pasaron la versión BC de ese examen.
En todo Estados Unidos, alrededor del 30% de los estudiantes latinos que pasaron las pruebas de cálculo procedían de una misma escuela: Gardfield. «Eso quería decir que cientos de miles de alumnos a los que no se les prestó atención podrían haber lo hecho igual de bien si alguien les hubiese ofrecido lo mismo que Escalante. ¿Pero qué era?», escribe Jay Mathews, del Washington Post.
El secreto de Escalante
En 1988, salió el libro: Escalante: el mejor profesor de América, de Jay Mathews, y la película Stand and Deliver, que relataba lo ocurrido en 1982. Escalante recibió muchas visitas en clase. Observadores, periodistas y profesores acudían para conocer su secreto. El profesor les decía: «La clave para mi éxito con los jóvenes es una tradición muy sencilla y consagrada por el tiempo: trabajo duro para el profesor y para el alumno por igual».
En un interesante artículo que se publicó en The Journal of Negro Education en 1990, Escalante explicó cómo lo hacía y qué tipo de alumnos elegía para su programa de matemáticas.
«No recluto a los estudiantes según sus notas, ni tienen que estar necesariamente entre los superdotados o con algún rasgo de alto coeficiente intelectual, porque creo que la separación no funciona, ni se ha demostrado que garantice que los estudiantes vayan a las clases más adecuadas para ellos. Mi único criterio para aceptarles en este programa es que el estudiante quiera formar parte de él y desee sinceramente aprender matemáticas. Yo les digo a mis estudiantes: "La única cosa que necesitáis para mi programa, y tenéis que traerla cada día, es ganas". Si se les motiva adecuadamente, cualquier estudiante puede aprender matemáticas. Los niños no nacen malos estudiantes; sin embargo, la escuela, el hogar del alumno y el ambiente de la comunidad pueden combinarse para producir un mal alumno. El profesor es crucial en esta ecuación. Depende del profesor que el alumno saque las ganas.»
Además de aquellos a los que les gustaban las matemáticas, Escalante solía escoger a los más gamberros y a los que tenían problemas de disciplina. «Me di cuenta de que los más payasos de la clase solían ser los más inteligentes, pero estaban terriblemente aburridos por la mala enseñanza, y desilusionados porque la Escuela representaba un callejón sin salida para ellos. Algunas veces, esos chicos mostraban tener más ganas que nadie cuando su "luz del aprendizaje" se encendía por fin.»
En los 70, uno de esos pandilleros le empezó a llamar Kimo (por Kemo Sabe, el apodo del Llanero Solitario), y, desde entonces, todos sus alumnos le llamaban así.
Entrenador deportivo
Escalante era como un entrenador deportivo, y sus alumnos, el equipo. Incluso hacían calentamiento antes de empezar, cantando "We will rock you", dando palmas y pisando fuerte.«Creo que si no hago de las matemáticas un reto vivo, entonces la asignatura seguirá pareciendo árida y rancia, como lo ha sido durante décadas, siempre asociada a la imagen de reglas de bolsillo y "cerebritos".
También utilizaba vocabulario deportivo en clase, para crear la sensación de acción, camaradería y competición entre los alumnos. «Por ejemplo, el examen de Cálculo eran las "Olimpíadas". Cuando un estudiante suspendía, después de la prueba era enviado a la UCI, Unidad de Cuidados Intensivos, que es la sección menos deseable de la clase. Los estudiantes de la UCI tienen que asistir a clases especiales después del horario escolar hasta que sus notas mejoran. Y los alumnos estaban motivados para mejorar y salir de la UCI.
Mientras daba clases nocturnas, le dio un ataque al corazón. Ignoró
el consejo de los médicos de hacer descanso y volvió a clase al día
siguiente. «Vosotros, burros, me habéis provocado un ataque al
corazón», les dijo. «¡Pero he vuelto! ¡Todavía soy el campeón!».
«Jaime
no sólo enseñaba matemáticas», dijo el actor Edward James Olmos, que
interpretó a Escalante en la película. «Como todos los grandes
profesores, él cambiaba las vidas». Según Olmos, Escalante tenía tres
personalidades en clase: era profesor, padre-amigo y miembro de una
banda, «y hacía malabares con eso, en un instante... Es uno de los
mayores artistas», dijo el actor a The New York Times, en 1988. Cualquier cosa le servía para enseñar
complejos conceptos matemáticos: chistes, cuchillos, muñecas, sombreros, ... Colgó un
cartel en su clase que decía: «El cálculo no tiene porque hacerse
fácil. Es fácil de por sí».
«Los estudiantes aprenden mejor cuando se lo están pasando bien», decía
Escalante. «Utilizo juguetes, cuento muchos chistes, y dejo que los
alumnos participen». En Bolivia, comprendió la importancia
de ser comunicativo con los estudiantes y no estar simplemente
trabajando en la pizarra todo el día.
«Soy extremadamente crítico con los maestros que se limitan a copiar mecánicamente cada día en la pizarra la versión del libro de texto para el profesor. Esos profesores están fallando a los alumnos porque no aportan vida a la clase. Los chavales se aburren tanto con este tipo de profesor que pronto acaban viendo la escuela como una cárcel con discursos», escribe Escalante.
Su carácter, no obstante, le creó algunos problemas con sus colegas y con algunos padres. Elaine Woo, la periodista de The Times que fue a entrevistarle entonces, le recuerda ahora con un aspecto «lejos del glamour», vestido con un jersey gastado y una gorra. Pero cuando empezó la clase, empezó la magia. Woo cuenta que llevaba una bolsa llena de objetos, desde sombreros hasta palos con cuerdas atadas para enseñar complejos conceptos matemáticos.
«Sí, era
hortera», escribe Elaine Woo, en LATimes, «Pero se le veía tanto amor por sus estudiantes, que ellos le perdonaban. Y lo que es más
importante, le escuchaban. Y cuando escuchaban, se daban cuenta de que
este inmigrante boliviano bajito y calvo poseía un gran conocimiento de
su asignatura, lo cual es un elemento esencial para ofrecer una
enseñanza excepcional. Los sombreros divertidos captaban su atención, y
su habilidad para explicar los conceptos más abstractos de matemáticas
les subyugaban. Para muchos de sus estudiantes, el éxito conseguido en
clase les proporcionó la confianza para conquistar después el mundo
exterior, a menudo hostil».
Escalante demostró que todos los estudiantes pueden tener éxito académico, independientemente de su origen racial, social o económico o de lo exigente que sea la asignatura. «Siempre me río cuando alguien me sugiere que mi programa depende de la personalidad de un profesor (la mía) y que nunca podría servir como modelo en otras escuelas», dijo Escalante. «Eso sólo demuestra lo lejos que nos hemos ido de los fundamentos de la enseñanza».
Últimos años
En 1991, dejó la Escuela, harto, según dijo, de
las envidias y de la política interna; se fue a otra, la
Hiram Johnson High School, donde no consiguió reclutar a más de 14 alumnos al año
para el examen. Culpó a la
administración y a las diferencias
culturales. En Garfield, había contado con la ayuda de un director
comprensivo y de algunos profesores con mucho talento.
Años más
tarde volvió a Bolivia, donde siguió dando clases de matemáticas hasta el
año 2008. Volvió a menudo a Estados Unidos a ver a sus alumnos e impartir charlas sobre educación. Enfermo de cáncer de vejiga y con problemas de dinero por el
alto coste del tratamiento, descubrió que muchos de sus antiguos
alumnos se habían reunido en Garfield para recaudar fondos.
Jaime Escalante murió a los 79 años. Tenía una mujer y dos hijos.
Entre sus
alumnos, hay ingenieros, abogados, médicos y profesores. Angel Navarro,
hoy abogado, fue uno de ellos. Dijo a LATimes: «Hasta
el día de hoy, él sigue siendo la persona que más ha influido en mi
vida. Lo que aprendí durante 10 meses en su clase, hace 28 años, sigue
siendo la base de todo lo que hago. Aunque se ha ido, él vive en mí y en
otros incontables "burros" día a día».
Otro de sus estudiantes le contó a la periodista: «Recuerdo que un día me pilló imitándole. Pensé que me la iba a cargar. Pero, en lugar de eso, me hizo imitarle una y otra vez. "No está mal, pero puedes hacerlo mejor". Siempre te animaba para que mejoraras. Le echaremos de menos».
—Jaime Escalante, sobre ser un profesor:
—Un fragmento de la película Con ganas de triunfar:
Desde el 16 de marzo hasta el 29 de agosto de 2010, se podrá ver en el CaixaForum de Barcelona la exposición de fotografías de Isabel Muñoz titulada Infancia.
Geocaching es el juego del escondite pero a nivel mundial. Se trata de buscar pequeños "tesoros" escondidos por el planeta. Cualquiera puede participar.
Juegos tradicionales de Madrid
Hubo un tiempo en el que los niños no jugaban con Nintendos o PlayStations. Bastaban unas cuantas piedrecitas de la calle, y la diversión estaba asegurada.
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Si recibes mensajes que te hagan sentir mal, en Internet, en tu móvil o mientras utilizas videojuegos, ten en cuenta los siguientes consejos.
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