Ayer nos devolvieron la carpeta de Tito, el Gatito,
una semana y media antes de acabar el curso. Lo de arriba es una
muestra de lo que contiene. ¿A quién se le habrá ocurrido este
“trabalenguas”? Abajo pone que hay que aprendérselo, aunque parece que
haya que adivinar qué palabra falta. Ana continuó el baile de vocales y
acabó diciendo puta. Quizás era eso lo que buscaba el que lo ideó.

Ya tenemos en casa
esta joya que costó más de 70 euros y que resulta que casi no han
utilizado en clase. La mitad de los ejercicios están sin tocar. Por
otro lado, tengo la sensación de que este libro es más para niños de
tres meses que de tres años.

Nota: Wonka le saca punta a este “trabalenguas” en su blog.