250º Aniversario del nacimiento de Mozart
La historia de un niño inmortal
A Leopold Mozart le hubiese gustado ver la que se ha montado para festejar el 250º aniversario del nacimiento de su hijo. Pensaría que se han superado con creces sus deseos, que consistían en
que el mundo entero conociera el prodigio musical de Wolfgang, «el milagro». Pero, sin duda, lo que más asombraría a este hombre que creía fervorosamente en los milagros sería ver que la gente del siglo XXI cree que la música de su hijo puede curar (el llamado «efecto Mozart»).
Kindsein dedica
este número especial al genio y a la Mozart Manía. Recordaremos su intensa infancia y su corta y ajetreada vida. Wolfgang Amadeus Mozart nació el 27
de enero de 1756 y murió a los 35 años.
El carácter de Wolfgang: especialista en crearse enemigos
A
costa de su salud, Wolfgang viajó incansablemente, conoció a los
músicos de las cortes europeas y aprendió de ellos todo lo que le
podían aportar. Era muy consciente de lo especial que era y no se
privaba de decir abiertamente lo que opinaba de los demás. Criticaba
cualquier mediocridad que encontraba a su paso, y sus cartas están
plagadas de comentarios detallados y cómicos de los músicos que fue
conociendo por Europa. Siempre tuvo una gran capacidad para crearse
enemigos, sobre todo entre los que tenían menos talento que él...
la mayoría.
Las cartas dan muestra de su pasión por la música y de su carácter determinante. Desde París, escribió a su padre:
«He escrito una sinfonía para la apertura del "Concert Spirituel",
que se interpretó con una gran ovación el día de Corpus Christi. Yo
estaba muy nervioso durante el ensayo porque en toda mi vida había oído
que las cosas salieran tan mal. No puedes hacerte una idea de la forma en la que han salido del paso dos veces.
Yo
estaba muy nervioso, y me hubiera gustado que se hubiese ensayado
otra vez, pero no había tiempo. Así que me fui a la cama con dolor en
el corazón, insatisfecho y enfadado. Al día siguiente decidí no ir al
concierto, pero la agradable tarde me hizo cambiar de opinión. No
obstante estaba decidido a que si la interpretación iba tan mal como en
el ensayo, iría hacia la orquesta, le quitaría el violín al primer
violinista, y tocaría yo mismo.»
Pasó toda su vida buscando un trabajo bien pagado fuera de
Salzburgo, pero su naturaleza impulsiva e inocente arruinaba cualquier
intento. Las cartas de su padre son como mensajes de una persona
racional y convencional tratando de controlar la fuerza de un genio.
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