Fue una inusual representación de colegio: sobre el escenario había 25 Blancanieves y ni Bruja ni Enanitos. Pero para los padres fue todo un triunfo.
Ocurrió en una escuela de Primaria de Japón, según TimesOnline. La campaña de los padres fue incansable: llamadas telefónicas, acoso a los profesores, ... cualquier cosa valía para conseguir que la escuela admitiese que era una injusticia elegir sólo a una niña para el papel de Blancanieves. Hasta que lo consiguieron.
A lo largo y ancho de Japón, los profesores están describiendo un cambio de actitud en los padres. Han dejado a un lado su tradicional postura sumisa y silenciosa para convertirse en un ejército de padres superagresivos que se quejan por cualquier cosa que perjudique a sus hijos.
Los medios de comunicación los han bautizado como "padres monstruo". En Japón, está a punto de estrenarse una serie de televisión con ese título que retrata esa situación como un síntoma de una sociedad que ha perdido el respeto por sus tradiciones.
Los "padres monstruo" son madres y padres activistas que se revelan contra el rígido sistema educativo japonés. Hasta no hace mucho, cuando un niño tenía problemas en el colegio, los padres pedían perdón humildemente a los profesores. Ahora, tratan de que el profesor sea despedido o que dimita.
El profesor Yoshihiro Morotomi, de la Universidad de Meiji, acaba de publicar un libro sobre esta nueva clase de padres en el que se citan cientos de casos como el de la obra de Blancanieves: hay padres que meten grabadoras ocultas en clase, padres que insisten en presenciar las clases, padres que reclaman que se cambien los resultados de las actividades deportivas, para que reflejen las expectativas y no lo que realmente ha ocurrido en el campo.
Los ejemplos más exagerados son los de los "cazadores de profesores": padres que acosan al profesor, en grupos, hasta que le obligan a dimitir.
Muchos creen que esto es sólo el principio de un cambio en la sociedad japonesa, consecuencia de la crisis económica de los años noventa.