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Dieta
Una mala influencia
La mayoría de estudios suele hacer hincapié en cómo influyen los
hábitos alimenticios de los adultos en los más pequeños. Muy pocos buscan lo contrario. Pero un reciente estudio ha demostrado que los adultos que viven con niños comen más grasas saturadas —aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular— que los que viven sin menores. Donde hay niños, se consumen más pizzas, queso, helado, y aperitivos salados.
Los autores del trabajo dicen, sin embargo, que «el estudio no demuestra que la presencia de los niños haga que los adultos coman más. Las personas que viven con niños pueden tener hábitos alimentarios distintos por muchas razones», dice la doctora Helena Laroche, de la Universidad de Iowa.
La investigación se basó en encuestas realizadas por nutricionistas a 6.600 personas de entre 17 y 65 años que vivían con niños menores de 17 años. «Una conclusión importante del estudio es que los cambios
saludables en la dieta han de realizarse para todas las personas de la
casa, no sólo una», dice Laroche.
«Los adultos que viven con niños comen más aperitivos y otras comidas que consideramos de conveniencia», dice Laroche. «Estas decisiones alimentarias pueden deberse a las presiones de los horarios, a la publicidad dirigida a los niños y que también incluye a los adultos, o a la percepción que tienen los adultos de que los niños sólo comerán perritos calientes o macarrones con queso. Una vez llega esta comida a casa, aunque la hayan elegido los niños, es probable que se la coman los adultos».
Laroche anima a sus pacientes a que piensen en lo que comen, sobre todo los aperitivos. Estos son algunos de los consejos que da:
—Elige las palomitas de maíz o los pretzels bajos en sal, y no las patatas fritas cargadas de calorías.
—Los niños de dos años o mayores pueden beber leche desnatada, en lugar de entera.
—Es preferible cocinar al horno, o utilizando aceite de oliva.
—Limita la cantidad de comida rápida y pizza a una vez a la semana o ninguna. Si no es posible, elige comida baja en calorías y limita las porciones.
El estudio se publica un número de enero de la revista The Journal of the American Board of Family Medicine.
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