7.07.2006

Imagen cerebral

La lengua materna influye en la habilidad para el cálculo

La lengua materna puede determinar cómo nos las apañamos para resolver problemas matemáticos, según un nuevo estudio. Los chinos tienen ventaja. Unos científicos han retratado el cerebro de unos estudiantes (con resonancia magnética) y han encontrado que los chinos utilizan más las regiones visuales que los anglosajones a la hora de hacer cálculos. Los resultados podrían ayudar a los educadores a encontrar la mejor forma de enseñar aritmética.

Además de la lengua materna, los autores creen que también pueden influir los métodos de enseñanza en las distintas culturas, y los genes.

En norteamérica, están muy preocupados porque sus jóvenes van por detrás de los chinos y japoneses en habilidad de cálculo. Un estudio publicado en 2001 lo demostró, al comparar estudiantes canadienses y chinos. Se publicó en el Journal of Experimental Psychology.

Desde entonces, los científicos se han preguntado qué pasaba en sus cerebros. ¿Hay alguna diferencia en el funcionamiento cerebral que lo explique?

Un equipo dirigido por Yiyuan Tang, de la Universidad Dalian de Tecnología, en China, reclutó 12 estudiantes chinos de una región donde se habla mandarín, y otros 12 estudiantes de habla inglesa, de Estados Unidos, Australia, Canadá e Inglaterra. Todos los participantes eran veinteañeros y había la misma proporción de hombres y mujeres en ambos grupos.

Mientras resolvían puzzles matemáticos, se les realizó una resonancia magnética. Ambos grupos mostraron una actividad similar en el córtex parietal del cerebro, una región que parece implicada en la sensación de cantidad. «Pero los de habla inglesa dependen más de zonas adicionales del cerebro implicadas en el significado de las palabras, mientras que los chinos usan más las zonas cerebrales implicadas en la apariencia visual y en la manipulación física de los números», dijo Eric Reiman, del Banner Good Samaritan Medical Center, de Phoenix, Arizona, que forma parte del equipo de Tang.

Así, los chinos mostraron más actividad en el centro espacial y visual, mientras que en los cerebros de los de lengua inglesa se activa la zona del lenguaje.

Los autores creen que el idioma materno puede tener mucho que ver. En chino, los números se describen de forma distinta al inglés (o español). Por ejemplo, "once" ("eleven", en inglés) es "diez uno" en chino, y "veintiuno" ("twenty-one", en inglés) es "dos diez uno", en chino. Puede que estas diferencias faciliten el cálculo a los chinos porque no tienen que depender del procesamiento del lenguaje, como los anglosajones.

Además, el uso de ábacos en muchas escuelas asiáticas puede estimular el pensamiento espacial y visual de los números, según los autores. Según Barry Horwitz, un neurocientífico del Instituto Nacional para la Sordera y otras Alteraciones de la Comunicación, en Bethesda, Maryland (EEUU), aprender a leer de una forma determinada y las diferencias culturales de los distintos grupos de idiomas pueden tener un impacto en distintos campos del conocimiento, en este caso, el procesamiento aritmético.