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Número Doce.   12.06.2006

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Shakira

La niña de la danza del vientre

Shakira no está muy segura de haber sido niña alguna vez, ni siquiera adolescente. Dice que siempre tuvo tan clara su meta en la vida que se comportaba como una adulta a los 14 años. Confiesa que su sentido de la responsabilidad, su perfeccionismo enfermizo y su hambre insaciable de éxito han dirigido su vida, y que lucha por calmar a ese monstruo que lleva dentro a base de terapia.
Dentro de dos días comienza su Gira Mundial Fijación Oral, que arranca en España. Shakira ha conseguido vender 33 millones de discos hasta el momento y es considerada la estrella latina del pop más importante del momento. No fue un camino de rosas.


Esta mujer de 29 años, menuda y de aspecto frágil, subió por primera vez a un escenario a los cuatro; lleva en el mundo de la canción desde los 10 y firmó su primer contrato discográfico a los 13. Pero consiguió su sueño sólo gracias al tesón y a la fe ciega. Hoy, su música mueve millones y ella no sólo compone y canta sus canciones, sino que se ocupa del vestuario, coreografía, márketing, arreglos, y hasta de los vídeos musicales. Y no podría ser de otra forma. «Soy una perfeccionista en recuperación», dijo en una entrevista. «Estoy tratando de disfrutar lo que hago». El fotógrafo Jaume de Laiguana, su "socio creativo", dice que «es especialista en dar el último cuarto de vuelta en el último segundo». Y su padre no se cansa de suplicarle que piense en su salud.

Shakira con sus padres

Shakira con sus padres



Nació el 9 de febrero de 1977 en Barranquilla, una ciudad al sur de Colombia, con el nombre de Shakira Isabel Mebarak Ripoll. Su padre, William Mebarak, es americano de nacimiento pero de origen libanés. William tuvo ocho hijos de un matrimonio anterior, y Shakira es la única hija de su segundo matrimonio, con Nydia Ripoll, una colombiana de sangre italiana y catalana. En casa, la llamaban Shaki o Shak, y sus hermanos varones, en tono burlón, Cachita.

Shakira con dos años

Shakira con dos años



Vivían en un apartamento de clase media. «Era un poco como Manhattan, pero en el Tercer Mundo», dijo en una entrevista para USA Today. «Crecí entre las comunidades judía, libanesa e italiana». De su padre aprendió la persistencia («Lo que empieces, termínalo») y de su madre la disciplina. Aunque era joyero, su padre solía colaborar con un periódico local, y su imagen frente a la máquina de escribir impactó a Shaki desde niña. Quería ser escritora. «Cuando tenía siete años, le pedí a Papa Noel que me trajera una máquina de escribir», cuenta.

«Aprendí a leer muy temprano, a los tres, y a los cuatro ya estaba escribiendo poesía. Yo tenía la idea de que iba a ser escritora, bailarina o científica, porque aún no había descubierto mi voz. En realidad, mis padres la descubrieron antes que yo», dice la cantante. «Ellos me convencieron de que cantaba bien y tenía una voz fuerte, potente y con vibrato, algo exótico en una niña tan pequeña».

Esa voz fuerte fue la causa de que la rechazaran en el coro de su colegio de monjas. Le dijeron que su modo de cantar se parecía «al balido de una cabra». Shakira dice ahora que esas burlas no le afectaron, entre otras cosas porque en ese preciso momento quería ser astronauta y no cantante.

Con el uniforme del colegio

Con el uniforme del colegio



A los cuatro años, oyó por primera vez el dumbek, el tambor que acompaña tradicionalmente a la danza del vientre. Su padre cuenta que fue en un restaurante de comida árabe de Barranquilla. Había dos bailarinas que embelesaron con sus movimientos a la pequeña Shakira. «Ahí fue donde me enamoré del arte del espectáculo», dice Shak. «Supe que eso es lo que yo quería hacer».

Las bailarinas la sacaron a bailar y le enseñaran algunos pasos. Y desde ese día, Shaki bailaba la danza del vientre a todas horas, en su habitación, en el parque, en las reuniones familiares, y hasta delante de las monjas de su colegio. «Estaba obsesionada con ello. Cada día tenía que bailar el mismo número», dice la cantante. «Creo que volví loco a todo el mundo, pero yo sólo quería experimentarlo una y otra vez».

No ha dejado de mover las caderas desde entonces, y ahora es ella quien embelesa a su público. Cuando baila, parece poseída por espíritus ancestrales. Y todavía hay quien le pregunta quién le ha enseñado a moverse de esa forma. Ella se ríe y exclama que lo aprendió solita, y que se mueve así desde que tiene uso de razón. Precísamente, su último single —Hips don't lie (Las caderas no mienten)— habla de esa relación sincera de su cuerpo con la música. Puede engañarte tu novio o tu mejor amigo, asegura la artista, pero nunca las caderas. Ellas son, dice, las que le indican si una canción es buena o mala.

Dos momentos que perfilaron su carácter

Shakira dice que ha habido dos momentos que cambiaron su vida. El primero ocurrió cuando ella tenía dos años: uno de sus hermanos murió a causa de un accidente. Le atropelló un conductor que iba borracho. El segundo fue cuando sus padres no tuvieron suerte con la joyería que regentaban y se vieron obligados a cerrarla. Shaki tenía nueve años y dice que se sintió impotente al no poder hacer nada para ayudarles.

«Ambas cosas han definido el tipo de persona que soy», dijo en una reciente entrevista para The Independent. «Creo que tienen mucho que ver con este impulso compulsivo. Esta determinación debe venir de algún lugar del subconsciente. Creo que todos nosotros pasamos nuestra infancia construyendo un mandato que nos dirige por la vida. El mío fue querer pertenecer a esta familia, querer generar alegría para mis padres y hacerles sentir orgullosos». Siempre ha estado muy unida a sus padres, y sigue estándolo ahora. Y dice que, de alguna forma, se siente responsable de ellos y de sus hermanos.

Shakira con sus hermanastros

Shakira con sus hermanastros



Con ocho años, Shakira compuso su primera canción, que hablaba de las gafas de sol de su padre ocultando las lágrimas. «Un día me dijo: "Papá, quiero que escuches esta canción, 'Tus gafas oscuras'», recuerda el padre. «Desde el momento en el que perdí a mi hijo mayor, escondía mi dolor detrás de unas gafas oscuras, así que me dí cuenta de que ella estaba relacionándolo con las gafas que llevaba».

De concurso en concurso

«Mientras crecía, siguió cantando en diferentes eventos, hacía baladas de Paloma San Basilio, Pandora, Angela Carrasco, Mocedades y Madonna. Al final del show, se cambiaba de ropa y cantaba un tema de Fairuz, una famosa artista árabe», recuerda su padre. Shaki asistió a una escuela católica. «En el colegio me llamaban La niña de la danza del vientre porque cada viernes hacía el número que había aprendido. Así es como aprendí mi pasión por la actuación», dice la cantante. Y las monjas nunca se opusieron al espectáculo.

Un día, Nydia, su madre, se enteró de que había un concurso en la tele para niños artistas. Se llamaba Buscando Artista Infantil y se emitía en la cadena colombiana Telecaribe. Shaki, con ocho años, se lo pensó dos veces. Dice que es muy metódica y sabía que si se metía en eso, el futuro se le echaba encima. «Va a cambiar mi vida, pensé. Mis sueños se aproximaban. Y me daba pánico. Pero decidí concursar. Y gané. Ahí comenzó todo. Era 1988», dijo en una entrevista con Jesús Rodríguez. Shaki ganó una bicicleta y 50 dólares. De hecho, ganó el concurso tres años consecutivos.

A los 10, entró a formar parte de un grupo de niños que hacían actuaciones para entretener las tardes de los mineros de El Cerrejón, en la alta Guajira. Sus padres la acompañaban a todas partes a cada paso en su búsqueda del éxito y confiaban ciegamente en que conseguiría lo que se propusiera.

A los 12 años

A los 12 años



Poco antes de cumplir los 13, Shakira se enteró de que habían llegado unos ejecutivos de la industria musical a la ciudad. Se las arregló para que la vieran en el vestíbulo del hotel donde se hospedaban. Allí les cantó a capella, acompañándose de sus peculiares movimientos de cadera. Una semana después, Shakira firmó su primer contrato para grabar tres discos con Sony Colombia.

El primer album, Magia, salió en 1991, con canciones que había compuesto desde los ocho años. En 1993 salió Peligro. Ni uno ni otro se vendieron bien y Sony decidió no seguir adelante con el tercer disco. Shakira tenía 15 años. El convencimiento sobrenatural que siempre ha tenido de que el éxito llegaría tarde o temprano, evitaron que se viniera abajo tras aquel fracaso.

En el mismo año, representó a Colombia en el Festival de Viña del Mar en Chile, uno de los más populares de LatinoAmérica, y quedó en el segundo puesto. Y, a los 16 años, decidió ir a probar suerte con su madre a Bogotá, «a tocar puertas, a buscar, a seguir adelante con la música». Pasó muchas horas esperando en vano a que algún productor quisiera darle una oportunidad.

En la pensión para señoras

Nydia y Shaki se instalaron en la habitación más barata de una pensión para señoras, donde compuso algunas de las canciones que hoy conmueven a las adolescentes de medio mundo.

Aunque actuar no era su pasión, consiguió el papel protagonista de una telenovela, El Oasis, porque pensó que le ayudaría en su carrera musical. «Era muy mala actriz pero me lo pasé muy bien», dice. «Además, alguien tenía que pagar las facturas». Entre grabación y grabación, seguía componiendo.

Con sus padres

Con sus padres



En 1995, Sony decidió darle una última oportunidad con el tercer disco pendiente. Shakira grabó el album Pies Descalzos, que resultó un éxito (más de 5 millones de discos vendidos). La cantante pasó de no valer nada a esta muy cotizada. Volvió a su ciudad natal convertida en una estrella para dar un concierto de promoción de su nuevo disco. Esa noche, ocurrió una desgracia que afectó profundamente a Shakira. En el lugar del concierto hubo una estampida de 50.000 fans que corrían para ver a su ídolo. Dos personas murieron aplastadas por la multitud.

Shakira, de profundas creencias religiosas, pensó que era una señal para que dejara de cantar. Su familia y amigos la convencieron de que no fue por su culpa.

La artista siguió adelante y más tarde acaparó la atención del mayor productor de discos latinos del mundo, Emilio Estefan. Juntos produjeron su cuarto album, un disco que tiene su anécdota. En un aeropuerto, se perdió el maletín que llevaba las letras de las canciones. A Shakira le sirvió de inspiración y creó letras nuevas. El título del album: ¿Dónde están los ladrones? 15 millones de copias vendidas en todo el mundo.

Aprender inglés en dos años

Había tocado techo con el mercado latino y se le habrían las puertas del anglosajón, pero debía aprender inglés si quería conquistarlo.

La familia Estefan le propuso darle las canciones hechas. Ni hablar. Se tiró dos años encerrada en una granja de Punta del Este, en Uruguay, rodeada de diccionarios, libros de Walt Whitman y profesores de inglés. Con la ayuda de Gloria Estefan, empezó a traducir algunas de sus canciones y a componer en inglés.

El resultado: El single "Whenever, Wherever", que salió en noviembre de 2001 y arrasó en el mercado mundial. Poco después, apareció el album Laundry Service: 13 millones de discos vendidos.

En febrero de 2000 contrató a Freddy Demann, que fue manager de Madonna durante 14 años y de Michael Jackson durante cinco. Ese mismo año se relacionó sentimentalmente a Shakira con Antonio de la Rúa, hijo de Fernando de la Rúa, ex presidente de Argentina. Algunos de sus amigos pasaron a formar parte del equipo de trabajo de Shakira, entre ellos Ramiro Agulla, que fue mentor de la campaña presidencial de Fernando de la Rúa, y que se empezó a ocupar de la imagen de la cantante.

En 2001, ganó el Grammy americano al mejor álbum de pop latino, que marcó un antes y un después en su carrera. Su magnitud de movimientos se multiplicó por diez. Apareció en el Festival de San Remo en 2002 y conquistó al público europeo. Y unos meses después, era conocida en Estados Unidos y la invitaron a uno de los especiales más famosos de la televisión americana, Divas Live, en el que actuó junto a Whitney Houston, Cher, Celine Dion y Anastacia, entre otras.

Pero Shakira no se siente una diva. «Más bien diría que soy una obrera», dice. «Creo que si tuviese que elegir una virtud sobresaliente diría que soy una persona muy humilde. No tengo ni una pizca de diva».

Shakira dice que a veces le parece tener 80 años por todas las cosas que le han pasado en la vida. Después del Grammy, han habido otros muchos acontecimentos: más premios Grammy, los premios MTV, los Billboard, una visita al papa de Roma, la aparición de sus dos últimos álbumes —Fijación Oral Vol.1 y Oral Fixation Vol.2—, su gira mundial que está a punto de empezar, ... Para la ceremonia de clausura de los mundiales de fútbol 2006, el próximo 9 de julio, Shakira prepara una versión nueva de Hips don't lie que se emitirá en directo desde el estadio Olímpico de Berlín.

«La contaminación masiva de las muchedumbres infantiles»

De todos los acontecimientos vividos, parece que el que más le ha marcado es conocer a su compatriota, el Premio Nobel Gabriel García Márquez, Gabo. La llamó para hacerle un perfil para la revista Cambio, y la hora y media prevista se alargó hasta cinco horas. Desde entonces, Shakira presume de su amistad.

Gabo escribió sobre ella:

«Las escuelas primarias de cualquier nivel social se han convertido en clonaciones masivas de Shakiras -vestidas, habladas y cantadas como ella. Más curioso aún: la fiebre más alta está en el promedio de las niñas de seis años. Las grabaciones piratas de Shakira son moneda corriente en los cambalaches de los recreos y se venden a dos por cinco en las puertas de las escuelas. Los adornos de sus cabellos, sus collares y aretes se agotan al salir, y en los mercados se venden al por mayor las anilinas para cambiarse los colores de las trenzas según la moda del día».

Shakira ayuda a los niños desfavorecidos

Cuando el negocio que regentaba el padre de Shakira quebró, la familia perdió absolutamente todo lo que tenía, hasta el punto de que tuvieron que «vender los aparatos de aire acondicionado», según la cantante.

Ante la pérdida de su estatus social, Shakira enfureció, por lo que sus padres la llevaron a una zona llena de niños sin hogar para que apreciara la suerte que tenía de haber nacido en una familia como la suya.

«Aquellos niños no tenían comida y esnifaban pegamento para soportar el frío de la noche y eso es lo que en ese mismo momento me hizo decidir que tendría éxito en la vida», dice.

En 1997, la cantante creó la Fundación Pies Descalzos a través de la cual ha construido escuelas en las zonas más pobres de Colombia. Además, en 2003, fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad de UNICEF, por su compromiso con la infancia.

Shakira hoy

Shakira hoy


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Web oficial de Shakira


Perfil de Shakira, por Gabriel García Márquez

Shakira: las letras de sus canciones

Shakira World Tour 2006

Fundación Pies Descalzos

Shakira, en Wikipedia

Secciones:

. La niña de la danza del vientre


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