La reina Cristina de Suecia (Estocolmo, 1626—Roma, 1689) fue una niña muy especial. Dicen que tenía una asombrosa “sed de conocimientos” y una gran facilidad para aprender. No le atraían los quehaceres femeninos ni tampoco los lujos, ni las joyas o la ropa. Prefería ir cómoda y sencilla y poseía un temperamento fuerte e inquieto. Era buena en equitación, caza y esgrima y le apasionaba la filosofía, la historia, la teología y la astronomía. Dicen que dormía muy poco y dedicaba muchas horas a la lectura. Así que, a los 16 años, Cristina comenzó a asistir a las reuniones del Consejo del Reino, demostrando su conocimento de las leyes y la administración del reino sin problemas.

Para mantener a sus súbditos informados de los asuntos del estado, creó en 1645 un periódico, el Post-och Inrikes Tidningar, que todavía hoy existe y que se considera el diario más antiguo del mundo. Los primeros ejemplares eran una especie de panfletos que se colgaban en los tablones de anuncios de las ciudades por todo el reino de Suecia.

Y los últimos números se despidieron de las rotativas hace unas semanas. El Post-och Inrikes Tidningar se adapta a los tiempos, y desde el 1 de enero sólo existe en internet.