Más de 400 pollos han muerto en un pueblo al este de China, y la causa fue el grito de un niño de cuatro años que se asustó por el ladrido de un perro. Así lo dictaminó el tribunal después de oir a varios vecinos contar que el niño estaba solo, asomado a la ventana de la granja, y gritando durante mucho rato. El grito fue, según la sentencia, el “único sonido anormal inesperado” y los 443 pollos se aplastaron unos a otros al tratar de huir por el miedo. El padre del niño, que es repartidor y estaba trabajando mientras ocurrieron los hechos, tendrá que pagar 1800 yuanes (unos 200 euros) al dueño de los pollos.
Si es que…
el muy insensato…
Yo cuando salgo con el niño le pongo un esparadrapo en la boca.
Claro luego pasa lo que pasa…