Woody Allen y Jerry Seinfeld tienen un don para describir el mundo de las relaciones humanas adultas, tan patético como puede llegar a ser, y provocar siempre carcajadas. Seinfeld siempre ridiculiza a los adultos. Nuestras costumbres, manías y poses le han dado pie para infinitos y geniales monólogos, en los que, siempre que puede, aprovecha para hacer alguna comparación con la infancia. Es como si cada situación de la edad adulta fuese para él una deformación de algo que era muy simple y lógico en la niñez. Aquí hay uno de sus famosos monólogos, sobre Hallowen, en el que rememora su propia infancia. Es genial su explicación de que cuando eres niño todo tu mundo está “up” y cuando eres mayor, “down”.
Aquí está uno de sus últimos monólogos, en el programa de Letterman, el pasado mes de marzo. Seinfeld dejó su vida pública después de su famosa serie y decidió dedicar su tiempo a sus hijos. Cuando hizo este “stand-up” acababa de tener uno y se mostraba emocionado y feliz. «Son lo más maravilloso, pero no nos engañemos sobre por qué estos bebés están aquí: ¡¡Para reemplazarnos!! Son monos, son amorosos, son dulces, pero quieren que te largues».
Seinfeld ha vuelto a aparecer en la pantalla en la reciente serie 30 Rock.
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