Esta mañana, había un tipo de unos 45 o 50 años en el tren. Iba leyendo El País con los pies sobre el asiento afelpado de enfrente. Había un diario plegado junto a su ventana. Parecía un Metro y lo cogimos.

—Cógelo, cógelo, es que me han dado dos.

—Ah, ¿es tuyo? Pensaba que era un gratuito.

—No, no, mira, te lo voy a enseñar, ya decía yo que pesaba mucho cuando me lo dieron.

Era un Ciberpaís. Nos enseñó su otro Ciberpaís. Y continuó hablando:

—Pensé en dejarlo ahí por aquello del civismo y esas cosas, eso que ahora están tratando de enseñarle a los niños en el colegio…. A ver si es verdad que les enseñan algo. ¡Como si a nosotros no nos lo hubieran enseñado hace años!

Y se marchó feliz después de limpiarse las suelas en los nuevos asientos del tren.