Cho Seung-hui, de 23 años, es el sospechoso de haber perpetrado la mayor masacre de Estados Unidos. Nació en Corea del Sur en 1984, y llegó a Estados Unidos a la edad de ocho años. Sus padres regentan una tintorería en una ciudad dormitorio al norte de Virginia, Centreville, y tienen otra hija que estudia en la Universidad de Princeton. Hace cinco semanas, Cho compró dos pistolas semiautomáticas. El lunes pasado mató con ellas a 32 personas de la Universidad donde estudiaba desde hacía cuatro años. Después, se pegó un tiro en la cara.
Parece que se trataba de un chico tímido, solitario y callado. Dicen que jugaba a baloncesto y que nunca respondía a los saludos de los vecinos. Sus compañeros de facultad recuerdan que el primer día de clase de Literatura todos los alumnos se presentaron. Cuando le tocó a él, no dijo ni una palabra. No tenía ni un amigo.
Escribió ISMAIL AX en la parte interior de una de las armas, que podría ser una referencia al sacrificio bíblico de Abraham, en el que Dios ordena al patriarca que mate a su propio hijo. En su cuarto, encontraron algunas notas en las que hablaba contra los “niños ricos”, los “falsos charlatanes”, el “libertinaje”, y en algún lugar escribió “Sois los causantes de que haga esto”.
Uno de sus profesores de inglés, dijo que su redacción era tan inquietante que le refirieron al servicio psicológico del campus. En una clase, se negó a hablar y firmó con un interrogante. Desde entonces, sus compañeros le llamaban “el chaval del interrogante”.
The Smoking Gun publica un texto escrito por Cho, titulado Richard McBeef. Es un cómic violento y oscuro que trata de la relación entre un hombre y su hijastro, que le acusa de asesinato y pedofilia.
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