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Número Cinco.   13.02.2006

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Revolución educativa

Salirse de la fila

He aquí una pequeña muestra de los revolucionarios de la educación. Son maestros, intelectuales, científicos, médicos que iniciaron la lucha por liberar a los niños de un encierro de más de 10 años que aniquila su creatividad y sus ganas innatas de aprender. Sus ideas le sorprenderán, y le harán comprender mejor a sus hijos. Quizás le ayuden a ver su propia vida desde otra perspectiva, y puede que le animen a seguir sus pasos.

John Holt: «A la mayoría de los americanos no le gustan los niños... ni siquiera los propios»



JohnHolt


John Holt fue un soltero empedernido del medio oeste americano, criado en Colorado (EEUU), que adoraba a los niños y que se convirtió en maestro por casualidad, poco después de haber estado al mando de un submarino en la segunda Guerra Mundial. Su hermana le sugirió que fuese a pedir un trabajo a la nueva escuela de Rocky Mountain de Colorado. Y allí empezó su aventura.

En las distintas escuelas por las que pasó, fue observando y tomando minuciosas notas de lo que le preocupaba. Vio que algunos alumnos no podían aprender matemáticas básicas y que eso no tenía nada que ver con su capacidad para hacerlo. Holt se dió cuenta de que los niños, en general, estaban más preocupados por los exámenes o por el comportamiento del maestro, y pensaban más en cómo responder lo que el maestro quería que en la propia aritmética.

Así que buscó métodos alternativos, como suprimir exámenes, para que los alumnos pudiesen concentrarse en el aprendizaje y no en el temor a las notas. Esa iniciativa le sirvió, entre otras cosas, para que le echaran de un colegio.

Las observaciones recopiladas las publicó en un libro titulado How Children Fail (1967) que le hizo famoso. Holt dice en el libro que las escuelas fomentan la competencia y la ansiedad, que los niños fracasan en ellas porque sienten miedo de ser humillados o castigados; aburrimiento por el trabajo sin sentido; y confusión por el hecho de que muchos profesores explican los procesos desde los conceptos abstractos hasta los ejemplos concretos en lugar de hacerlo, como sería más sensato, al revés.

«Me dí cuenta, después de observar y enseñar, que la escuela es un lugar donde los niños aprenden a ser tontos!», dijo en una entrevista a MotherEarthNews. «La mayoría de jóvenes son, por naturaleza, listos, curiosos, y tienen ganas de aprender. De hecho, como dije en mi segundo libro, How Children Learn, los bebés son tan activos, tan buenos buscadores de conocimiento que aprenden más en sus cinco primeros años de vida que la mayoría de adultos en diez».

Entrenados para conseguir premios

«Si alguien está haciendo algo por su propio placer y le ofreces algún tipo de premio externo por ello, y haces que esa persona se acostumbre a realizar esa tarea para recibir ese premio, dejará de hacerlo en cuanto dejes de dárselo. Incluso puedes entrenar a los pequeños de la guardería, a quienes les encanta pintar, para que dejen de hacerlo, simplemente dándoles estrellas o algún otro tipo de premio durante un par de meses... y después quitándoles esa "motivación" artificial.

«De hecho, pienso que nuestra sociedad espera de las escuelas que obliguen a los estudiantes a hacer cosas sólo por la recompensa externa. Las personas que realizan tareas por sus propia motivación son difíciles de controlar. No es que crea que los profesores se levanten cada mañana y se digan a sí mismos "Voy a la escuela hoy a eliminar todas las motivaciones internas de los jóvenes", pero es exactamente eso lo que sucede.»

Holt sugirió que se hicieran escuelas donde hubiese muchas cosas interesantes para ver y con las que trabajar y en las que se permitiera a los niños aprender a su manera. «Si tienen preguntas, responder las preguntas. Si quieren saber dónde encontrar algo, enseñarles dónde tienen que buscar», dijo.

«Los estudiantes que se colocan en lugares donde pueden sentirse libres para explorar y recibir ayuda cuando lo necesitan, van bien», dijo Holt. «En aquel momento, que tanto yo como otros —como Jim Herndon, que escribió How to Survive in Your Native Land , y George Dennison, autor de The Lives of Children: The Story of the First Street School — habíamos demostrado ese hecho, pensé que seguro que todos querrían intentar la "nueva" forma de enseñanza. Eso no es lo que sucedió, por supuesto».

Se crearon unas 1.000 escuelas privadas alternativas, con 50 alumnos cada una, inspiradas en las ideas de Holt. «Pero la población en edad escolar de la época era algo así como 30 ó 40 millones de niños... Comparado con eso, 50.000 era como una gota en el océano».

«Nadie quería mejorar las escuelas»

El método era eficaz, pero el movimiento que promovía su uso en las escuelas falló desde el principio. ¿Por qué?

Según Holt, fue «simplemente porque nadie quería mejorar las escuelas. Es imposible imaginar cómo me costó afrontar esa verdad. Al principio pensé que la mayoría de profesores serían aliados potenciales y que cuando se les diera la oportunidad de ayudar a los estudiantes a aprender, aprovecharían la oportunidad. Pero después de hablar con los profesores de las escuelas públicas con programas alternativos, me encontré con que sus colegas les trataban como parias. Por ejemplo, supe de unos profesores que formaban parte de un proyecto de educación alternativa en Alburquerque, Nuevo Mexico. ¡Sus anteriores colegas dejaron de jugar a golf con ellos, o de tomar una cerveza o incluso de hablarles!».

Muchos de esos profesores querían hacer cambios en clase, como tener menos alumnos, menos papeleo, más sueldo para el profesorado, pero no querían cambiar el sistema educativo básico.

Tampoco hubo mucha presión para el cambio desde fuera de las escuelas. ¿Por qué?

«Me temo que la simple y llana realidad es que a la mayoría de los americanos no les gustan los niños... ni siquiera los propios. Los adultos no confían en los jóvenes, y la escuela es una expresión institucionalizada de ese hecho. O, dicho de otra forma, una de las piedras de los cimientos sobre los que descansan las escuelas es una enorme roca que dice que los niños, en su mayoría, no son nada bueno.»

Homeschooling

El paso siguiente que siguió Holt fue animar a la gente a abandonar el sistema educativo tradicional y fundar sus propias escuelas. Pero el esfuerzo y la incansable búsqueda de fondos acababa con casi todas las iniciativas. Finalmente, pensó que la salida más práctica era la escolarización en casa, que, según Holt, no significa reproducir la escuela en casa sino escapar de esas restricciones.

«Creo que aprender no es el resultado de enseñar, sino de la curiosidad y la actividad del que aprende. La intervención de un profesor en este proceso debería ser para proporcionar herramientas, experiencias, libros que se correspondan con los intereses del estudiante», dijo Holt. «Creo también que el aprendizaje no es una actividad que se separe del resto de la vida. La gente aprende mejor cuando están haciendo un trabajo real y valioso, que requiere destreza y juicio».

En 1977, Holt fundó la primera revista sobre Homeschooling, Growing Without Schooling, desde donde proporcionaba información y aconsejaba a los padres que querían educar a sus hijos en casa. Según Holt, los que empiezan a hacerlo, descubren que es mucho más fácil y divertido de lo que pensaban, y no hay que dedicarle seis horas al día, porque tampoco se dedica tanto tiempo en el colegio.

En la escuela, 35 minutos de cada hora de clase son para prepararse para el trabajo, según Holt. El resto del tiempo es explicación del maestro y entrenamiento repetitivo en un libro de ejercicios. «Sé por mi propia experiencia como estudiante, y yo era un buen estudiante en buenas escuelas, que rara vez conseguía 15 minutos al día de auténtica enseñanza», dijo.

Un último mensaje de John Holt para los padres:
«Muchos de vosotros creéis, y con razón, que el Gobierno interfiere demasiado en vuestras vidas. Bien, yo creo que no hay lugar donde esa interferencia esté menos justificada y sea más dañina, y más fácilmente resistible, que en la educación de los niños. Así que creo que los que quieran minimizar el efecto del poder que el Gobierno tiene sobre sus vidas deberían pensar que la educación de sus hijos tendría ser el primer objetivo en el que deberían trabajar para conseguirlo. »

Más información:

Página oficial de John Holt

Entrevista a MotherEarthNews (1980): The Plowboy Interview

Algunas de las obras escritas por John Holt:

Escape from childhood: The needs and rights of children (Pelican books)

The Underachieving School

Teach Your Own: The John Holt Book of Homeschooling

«Muchas personas han venido hasta mí y me han dicho"Sus libros han cambiado mi vida", y yo les creo» —John Holt (1923-1985)


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