Nº 31

¿Demasiado joven para dar la vuelta al mundo en barco, sola?

Jessica Watson, una adolescente australiana de 16 años, inició su viaje alrededor del mundo el pasado 18 de octubre. Va sola a bordo del Pink Lady y el viaje durará unos siete meses, si todo marcha como está previsto. Su deseo es convertirse en la persona más joven que navega alrededor del mundo sin ayuda, sin parar y sin compañía. Su caso disparó la polémica. ¿No es demasiado joven? En otra parte del planeta, Laura Dekker, con sólo 13, planeaba zarpar desde Holanda el 1 de septiembre para conseguir el mismo récord que ambiciona Jessica, pero fue vetada por las autoridades el 28 de agosto por creerla demasiado joven para afrontar el aislamiento, la falta de sueño, las inclemencias del tiempo y los peligros en los puertos. Las agencias de protección infantil holandesas se lo han puesto tan difícil, que Laura ha optado por aplazar su salida hasta el año que viene. El debate está en el aire: ¿Cuándo se deja de ser "demasiado joven" para embarcarse en esa aventura?

«La edad es irrelevante aquí», dijo Don McIntyre, mentor de Jessica y marinero desde hace 40 años. «Se trata de quién es ella, qué es ella y qué la motiva». Jessica soñaba con esto desde que tenía once, cuenta con el apoyo de su familia, y ha llevado a cabo numerosos viajes por el Océano Pacífico que han ido engrosando un impresionante currículum como navegante.

Jessica, que cuenta con el apoyo incondicional de su familia, se mantiene en contacto con sus miles de seguidores a través de un blog y espera estar de vuelta a bordo del Pink Lady antes de cumplir los 18. «Mi hora favorita es el atardecer, cuando el mundo entero se vuelve rosa!», escribía el 20 de ocubre desde su barco. «Esta mañana he tenido una escuela de delfines pasando por aquí y el extraño pájaro también viene a visitarnos».

El caso de Laura

Laura Dekker, la "niña" que quiere partir desde Holanda, nació en un barco, en Nueva Zelanda, y pasó los primeros cuatro años de su vida a bordo. Cuando tenía seis, navegaba por los lagos holandeses con su Optimist, un pequeño velero diseñado para niños. A los 10, tenía su propia embarcación de 7m, con la que paseaba por las aguas de Friesland. Ahí fue donde empezó a encontrar problemas con los guardas de los canales, que se resistían a dejar pasar a una niña a bordo de su propio barco.

Un año después, Laura reveló a sus padres que quería ser la persona más joven en dar la vuelta al mundo sola. Tenía sólo 11. Su padre, Dick Dekker, se mostró escéptico, pero le dijo que debía probar antes si sería capaz de semejanta hazaña.

Después de hacer una serie de cursos intensivos de navegación y seguridad, su padre anunció que Laura iba a hacer un viaje de ida y vuelta a Inglaterra, sola, para probar su resistencia. Dick pensó que pasar tanto tiempo sola, con el viento, las olas y la lluvia, le quitaría la idea de la cabeza. Pero ocurrió justo lo contrario.

Al llegar a suelo británico, las autoridades portuarias la detuvieron y llamaron al padre para que la acompañara de vuelta a casa. Dick contestó que no pensaba ir a buscarla, y entonces metieron a Laura en un centro de acogida de menores. Así que cambió de idea y viajó a Inglaterra, pero no para acompañar a su hija en la vuelta sino para dejar que volviese a casa sola, como habían previsto. Las autoridades británicas pusieron en alerta a los servicios sociales holandeses. Y estos, el pasado 28 de agosto, prohibieron el viaje de Laura e incluso amenazaron al padre con retirarle la custodia. Tras largas deliberaciones, se decició que la aventura podría afectar emocional y psicológicamente a la adolescente.

Dick pensó en emprender el viaje desde Nueva Zelanda porque allí nada impide a un menor embarcarse en viajes largos. La pega es que en Nueva Zelanda también es obligatorio el colegio, y las autoridades neozelandesas se pronunciaron también en contra. 

Jesse Martin

Hasta ahora, el récord de navegación solo y sin ayuda alrededor del mundo es del joven australiano Jesse Martin. Tenía 18 años cuando lo consiguió, en 1999, y tardó 11 meses en completar el viaje. Habla de su aventura a bordo del Lionheart-Mistral en su libro "Lionheart: A Journey of the Human Spirit". «Un hombre que muere a los 80 sin ver cumplidos sus sueños es una tragedia», escribió Jesse. «Yo soy un chico normal que ha cumplido su sueño».