7.04.2009

El Papa casi tiene razón

Johan Eimeric

El Papa Benedicto XVI se atrevió a decir en Camerún, durante su primer viaje a África:

"Diría que no se puede superar este problema del sida sólo con dinero, aunque éste sea necesario; pero si no hay alma, si los africanos no ayudan (comprometiendo la responsabilidad personal), no se puede solucionar este flagelo distribuyendo preservativos; al contrario, aumentan el problema".

The Lancet, una de las revistas médicas con más prestigio, le dedicó un Editorial: "[...] when any influential person, be it a religious or political leader, makes a false scientific statement that could be devastating to the health of millions of people, they should retract [...]." [Cuando cualquier persona influyente, sea un líder religioso o político, hace una declaración científica falsa que podría ser devastadora para la salud de millones de personas, debería retractarse]



Como era de esperar, las opiniones han sido extremas. En otros tiempos, podría incluso haberse convertido en la pregunta clave para cualquier proceso de la Santa Inquisición: "¿Está Vd. de acuerdo en que la distribución de preservativos aumenta el problema del SIDA en África?" Pues sí, como dice el Dr. Edward C. Green, Director del AIDS Prevention Research Project de la Harvard University, "The Pope May Be Right" , el Papa podría haber tenido razón.

En cualquier caso, el preservativo ya era uno de los grandes inventos del siglo XX, por su papel en la liberación sexual y en la planificación familiar, incluso antes de convertirse en la única prevención durante el acto sexual; de hecho, ya está evitando la transmisión del HIV en todos los burdeles de Tailandia y Camboya, donde su uso es obligatorio.

Desafortunadamente, el Papa parecía estar utilizando el SIDA como promoción de la doctrina católica contra el preservativo, en lugar de resaltar el punto más importante: que los africanos deben ayudar, comprometiéndose con la causa. Es precisamente el planteamiento de Lead UGANDA respecto al desarrollo de África: debe realizarse desde dentro, por medio de la educación. La campaña propia de ese país "Zero Grazing" ("nada de mordisquear"), que empezó en 1986 para fomentar la fidelidad, está dando muy buenos resultados; ya se están iniciando campañas parecidas en los dos países con mayores tasas de infección, Swazilandia y Botswana.

Por otra parte, el dinero dedicado a preservativos está faltando en otros campos, como la distribución de jeringuillas, que escasean y se reutilizan. Aunque en Occidente parezca raro,  la inyección se prefiere muchas veces en África a otros métodos de administración de medicamentos. Por desgracia, cuando se habla del SIDA, la jeringuilla se asocia a la drogadicción. Por eso España va a enviar un millón de preservativos. A ver quién se atreve a enviar jeringuillas contra el SIDA.

La ciencia y la religión siempre van a enfrentarse, porque tienen dioses distintos. Pero, en la campaña contra la epidemia del SIDA, el Papa y la religión católica ayudan, fomentando la abstinencia y la fidelidad. Lástima que el Papa no pudiera callarse a tiempo.

Referencias:
Bleak stories behind failed condom campaigns, por Chinwuba Iyizoba