Nº 26
Un toque de grandeza
Este documental trata de uno de los más estimulantes y enérgicos profesores de todos los tiempos, Albert Cullum.
La princesa negra
Por primera vez, Walt Disney Studios produce un cuento de hadas animado protagonizado por una princesa negra.
Distintos cerebros
Cada mente tiene una manera distinta de aprender, pero se sigue imponiendo un mismo tipo de enseñanza para todos.
¡Es que no prestas atención!
En clase, los menos adelantados suelen considerarse niños distraídos, vagos o menos inteligentes que sus compañeros, pero su problema podría ser sólo falta de memoria. Según un estudio británico, el 10% de los alumnos tiene una deficiente "memoria de trabajo", el almacén de información que somos capaces de retener para realizar tareas inmediatas como escribir un dictado o seguir unas indicaciones. Detectar el problema es fácil, gracias a un test que ya se ha traducido a 10 idiomas. Corregirlo, también. KINDSEIN ha hablado con la autora principal del estudio.
«La memoria de trabajo es la auténtica medida del potencial para aprender, porque no está influenciada por lo que el niño sabe de antes o por su nivel socioeconómico», dice la doctora Tracy Alloway, de la Universidad de Durham. Alloway ha desarrollado un test rápido para medirla y lo ha probado en casi 4.000 escolares de su país. Uno de cada 10 niños resultó tener serios problemas de memoria. Según esta especialista, no identificar el problema a tiempo puede traducirse en un fracaso académico a largo plazo y en que el niño
nunca llegue a desarrollar su potencial.
La “memoria de trabajo” es nuestro almacén de información temporal, para usar en el momento. Alloway la compara con una caja donde sólo caben unos pocos objetos (palabras, por ejemplo). En los adultos, caben entre tres y cinco. Es difícil acordarnos de más de cinco cosas en una lista mental de la compra.
Los niños necesitan hacen uso continuo de la memoria de trabajo en clase. Pero los que tienen menos «suelen tener dificultades para recordar instrucciones o para completar las actividades, y también para deletrear; a menudo repiten o se saltan letras», dice Alloway. «En los peores casos, abandonan las tareas porque se les olvida lo que tenían que hacer». Una niña describió así su situación: «Cada vez que leo una frase, es como si se borrara la anterior».
Los de National Geographic, alarmados por el pobre nivel de geografía de los niños de Estados Unidos, han lanzado una campaña para mejorar la situación.
Greenpeace ofrece un juego educativo en su web que muestra de qué están hechas realmente las prendas que usamos.
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