En una escuela británica, la St. Martin's Primary School, en Hereford, los alumnos comienzan cada mañana dándose un suave masaje de cabeza. Al principio, algunos se negaron a hacerlo, pero ahora están deseando que llegue el momento.
Hasta los más pequeños, de cuatro años, han sido entrenados en técnicas de masaje y pasan los primeros 10 minutos de clase realizando movimientos suaves en la cabeza, hombros y manos de sus compañeros.
Los profesores dicen que ha servido para mejorar considerablemente la concentración y el comportamiento en clase. «Desde que empezamos las sesiones, la atmósfera en la clase es mucho más tranquila y los niños se llevan mejor», dijo Jill Clayton, profesora del centro. «El masaje también ayuda a los niños a comprender las fronteras personales».
También ha mejorado el comportamiento en el patio. Y los padres cuentan cómo los niños dan masajes a sus hermanos, al llegar a casa. «Ha aumentado su confianza, porque están muy orgullosos de ser capaces de hacer algo tan bonito por otras personas», dice Jill. «Creo que la enseñanza debería abarcar al niño completo y no sólo la lectura, la escritura y los números. Tendría que haber una aproximación completa y no sólo abarrotar a los niños con más y más información».