Junio de 2007, nº 21

Cine

"Papá canguro" y secuela

Dos hombres desesperados por conseguir un trabajo montan una guardería en casa.

Música

Jazz para niños

Un puñado de clásicos del jazz llenos de alegría contagiosa.

Bullying

Indemnizado por acoso escolar

Desde los cinco años, Benjamin Cox sufrió acoso escolar. Una juez ha dictaminado que la culpa fue de la escuela y que deben pagarle un millón de dólares australianos.

Benjamin tiene ahora 18 años, pero las consecuencias del trauma todavía son evidentes. Ben sufre problemas psiquiátricos que le han inhabilitado de por vida. Tiene estrés post-traumático, no tiene trabajo y no tiene amigos. Pasa el tiempo viendo la televisión o jugando con su Xbox.

Un alumno de la misma escuela pública (Woodberry Primary School) le hizo la vida imposible durante años. Se burlaba de él, le pegaba y hasta llegó a intentar estrangularle un día, dejándole inconsciente en el suelo. A Benjamin le acorralaban contra los muros interiores de la escuela, le llegaron a arrancar un diente de un puñetazo y le marcaron la espalda golpeándole con la rama de un árbol.

Según su madre, Angela Cox, el acosador era un niño de nueve años que sufría déficit de atención y que empezó robando a su hijo. «Ese niño robaba cosas porque necesitaba ayuda, igual que mi hijo», dijo Angela. «Si lo hubiésemos parado al principio, él podría haber tenido la oportunidad de vivir una vida como un adolescente normal».

Según Angela, se denunció el bullying a la policía y al colegio. Pero en la escuela, un profesor le dijo en un par de ocasiones que esos incidentes eran los que enriquecen el carácter. Así que el bully fue a más y amenazó de muerte a Benjamin.

«Yo lloré mucho, porque veía a mi hijjo tan triste», dijo Angela. «Pero después del primer suceso, me sentía culpable porque obligaba a mi hijo a volver a la escuela donde le habían herido y donde le volvían a herir. Perdió su confianza, estaba asustado todo el tiempo y sufría terribles dolores de cabeza y pesadillas».

La juez, Carolyn Simpson, dictaminó que la escuela había fallado en su labor de cuidar del niño. La sentencia obliga al Estado a pagarle una pensión de por vida que asciende a un millón de dólares australianos (unos 600.000 euros), el máximo conseguido en un caso de acoso escolar.

Simpson dijo que Benjamin tiene pocas posibilidades de recuperarse de los efectos del acoso. «Su adolescencia ha sido destruida; su edad adulta no será mejor», dijo. «Nunca conocerá la satisfacción de tener un empleo. Sufrirá ansiedad y depresión, casi con toda seguridad, el resto de su vida. Es poco probable que mantenga relaciones, románticas o platónicas. No tiene amigos y es poco probable que los tenga nunca».

El primer ministro australiano, John Howard, ha anunciado planes para que los profesores y los directores de las escuelas puedan detectar a los matones de escuela.

Transcripción del juicio: Cox versus el Estado de Nueva Gales del Sur


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