La baja calidad del semen de un grupo de hombres se ha relacionado con un elevado consumo de
carne de ternera por sus madres cuando estaban embarazadas.
Unos investigadores de la Universidad de Rochester encontraron los recuentos más bajos de espermatozoides en los hijos de las madres que habían comido ternera siete o más veces a la semana. La concentración de espermatozoides era un 24% más baja que la de los hombres cuyas madres habían comido menos ternera. Sin embargo, no está claro el motivo. No pudieron culpar a las hormonas, los pesticidas o las sustancias químicas ambientales como causa directa.
Los hombres participantes vivían en Estados Unidos y nacieron entre 1949 y 1983. Es importante resaltar que los 387 que participaron en el estudio tuvieron hijos sin necesidad de ayuda médica, por lo que, aunque el recuento de espermatozoides fuese bajo en algunos casos, no eran infértiles. Pero entre los 51 hombres hijos de las mayores consumidoras de ternera, casi un 18% tenían un contaje de esperma clasificado por la Organización Mundial de la Salud como "sub-fertil" (20 millones/ml).
Según Frederick vom Saal, profesor de biología de la Universidad de Missouri, en Columbia, EEUU, advirtió que si los anabolizantes están relacionados con una reducción de la calidad del esperma, esto podría ser sólo "la punta del iceberg", y que estas sustancias químicas podrían estar implicadas en otros problemas reproductivos también.
Según Shanna H. Swan, directora del Centro de Epidemiología Reproductiva de la Universidad de Rochester y directora del estudio, la mayor preocupación es que el consumo de ternera durante el embarazo puede alterar la producción de esperma en el feto dentro del útero, sobretodo al final del primer trimestre durante el periodo crítico de desarrollo testicular. Aunque la producción de esperma sucede por etapas —prenatal, durante la pubertad y en la edad adulta— la fase más importante para el desarrollo de la calidad del semen ocurre en el vientre materno.
Hoy, las hormonas anabólicas siguen siendo legales. En 1979, la FDA (Food and Drug Administration) prohibió el uso de dietilestiboestrol, una hormona sintética, pero se sigue usando otros promotores del crecimiento como el estradiol, testosterona, progesterona, zeranol, acetato de trenbolona y melengestrol. En Europa, su uso se prohibió en 1988.
«La mayoría de madres del estudio vivían en Estados Unidos y nuestros hallazbgos puede que no se puedan aplicar a otras partes del mundo donde el ganado se produce por otros métodos», Añadió Shanna. «Para saber si la exposición prenatal a esteroides anabolizantes es responsable de nuestras conclusiones, este estudio debe repetirse con hombres nacidos en Europa después de 1988 cuando los promotores del crecimiento se prohibieron».