8.05.2006

Día de Europa

Educados sin prejuicios

En octubre de 1953 se creó en Luxemburgo la primera Escuela Europea para los hijos de los funcionarios de la nueva Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA). Nació como un experimento para estandarizar la enseñanza entre los países, con cooperación de los distintos ministerios de Educación: un currículum con especial reconocimiento de las lenguas y cultura europeas.

El primer Baccalaureate se concedio en julio de 1959, y se reconoció como suficiente para entrar en cualquier universidad de los estados miembros.

En la primera piedra de cada una de las Escuelas Europeas se incluye un pergamino con las palabras de Jean Monnet:

"Educated side by side, untroubled from infancy by divisive prejudices, acquainted with all that is great and good in different cultures, it will be borne in upon them as they mature that they belong together. Without ceasing to look to their own lands with love and pride, they will become in mind Europeans, schooled and ready to complete and consolidate the work of their fathers before them, to bring into being a united and thriving Europe"

[Educados codo con codo, sin problemas de prejuicios divisorios desde la infancia, familiarizados con todo lo que es grande y bueno de las distintas culturas, irá cuajando en ellos, mientran maduran, la idea de que deben estar juntos. Sin dejar de mirar a su propia tierra con amor y orgullo, se volverán europeos en su pensamiento, educados y preparados para completar y consolidar el trabajo de sus padres: que llegue a existir una Europa próspera y unida.]

Hoy en día, sólo 20.000 alumnos estudian en las Escuelas Europeas, que se han establecido exclusivamente cerca de organismos oficiales. Sus estatutos, reformados en 1994, recuerdan que es un elemento que garantiza el funcionamiento adecuado de las instituciones europeas, que debe hacerse una contribución a su financiación, y que es 'sui generis': se trata de una cooperación entre los estados miembros y entre ellos y las instituciones europeas, pero se reconoce la responsabilidad de los estados en el contenido de la enseñanza y la organización de sus propios sistemas educativos.

En el año 2002, el Parlamento Europeo planteó una moción sobre el futuro de la financiación de las Escuelas Europeas y su ampliación. A día de hoy, continúan las discusiones entre el Parlamento y la Comisión Europea.

La historia de Europa

schuman

El 9 de mayo, a las 6 de la tarde, en el Salón del Reloj del Quai d'Orsay, sede del Ministerio francés de Asuntos Exteriores, aparecieron dos personas: Robert Schuman, ministro de Asuntos Exteriores, y Jean Monnet, comisionado general de planificación. Era una rueda de prensa, pero sin micrófonos ni cámaras: nadie esperaba que fuera nada más allá de una declaración de buenas intenciones.

Robert Schuman (a la derecha, en la foto) nació en Luxemburgo (1886), pero con nacionalidad alemana. Su padre, Jean-Pierre, nació francés en Lorrena, pero adoptó la nacionalidad alemana en 1871 al volver esa zona a Alemania. Su madre, Eugénie, nació luxemburguesa pero tomó la nacionalidad de su marido. Robert eligió la nacionalidad francesa en 1919, al recuperar Francia el territorio de Alsacia-Lorrena. Su lengua materna era el luxemburgués, y la segunda el alemán. Aprendió francés en el colegio, por lo que conservó el acento germánico. Su diploma de secundaria no era válido en Alemania, por lo que se examinó del Abitur (examen final alemán) en Metz.

Jean Monnet (a la izquierda) nació en Cognac (1988), en una familia de comerciantes de eau-de-vie, como llaman allí a su famoso licor. Su destino parecía marcado: seguir los pasos de su padre en el negocio familiar, la fabricación paciente y concienzuda de un buen producto. Pero a los dieciséis ya era un gran viajero. En lugar de entrar en la universidad, fue a aprender inglés trabajando con el agente de la empresa familiar en Londres. Antes de salir, su padre le recomendó: "No lleves libros. Nadie puede pensar por ti. Mira por la ventana, habla con la gente...". Descubrió gente "cuya preocupación no era gestionar lo que ya había, sino desarrollarlo sin parar".


El 10 de mayo de 1950, Schuman tenía pendiente una reunión con Estados Unidos e Inglaterra sobre la situación de Alemania, que recuperaba su ritmo de crecimiento, para preocupación de sus vecinos. Se acercaba a los límites de producción establecidos para la postguerra. A falta de otra solución por parte de Francia, los países anglosajones iban a proponer la eliminación de esos límites. El plan de Monnet - unir la producción franco-alemana de carbón y acero - le pareció a Schuman, él mismo originario de una región acerera, el enfoque adecuado:

- Promovía la reconciliación franco-alemana
- Se gestionaría el carbón y el acero para fines pacíficos
- Proporcionaba un punto de partida a la integración europea

Schuman consiguió el apoyo del canciller alemán, Konrad Adenauer, y Monnet se aseguró de que el plan fuera bien acogido en Gran Bretaña y los Estados Unidos. Se hicieron los preparativos con máxima discreción, y se hizo público el día 9 de mayo, declarado desde 1985 "Día de Europa".

Fragmento de la Declaración Schuman


El Gobierno francés propone que se someta el conjunto de la pruducción franco-alemana de carbón y de acero a una Alta Autoridad común, en una organización abierta a los demás países de Europa.

La puesta en común de las producciones de carbón y de acero garantizará inmediatamente la creación de bases comunes de desarrollo económico, primera etapa de la federación europea, y cambiará el destino de esas regiones, que durante tanto tiempo se han dedicado a la fabricación de armas, de las que ellas mismas han sido las primeras víctimas.

La solidaridad de producción que así se cree pondrá de manifiesto que cualquier guerra entre Francia y Alemania non sólo resulta impensable, sino materialmente imposible. La creación de esa potente unidad de producción, abierta a todos los países que deseen participar en ella, proporcionará a todos los países a los que agrupe los elementos fundamentales de la producción industrial en las mismas condiciones y sentará los cimientos reales de su unificación económica.

Dicha producción se ofrecerá a todo el mundo sin distinción ni exclusión, para contribuir al aumento del nivel y al progreso de las obras de paz. Europa podrá, con mayores medios, proseguir la realización de una de sus tareas esenciales : el desarrollo del continente africano.

De este modo se llevará a cabo la fusión de intereses indispensables para la creación de una comunidad económica y se introducirá el fermento de una comunidad más profunda entre países que durante tanto tiempo se han enfrentado en divisiones sangrientas.

Mediante la puesta en común de las producciones básicas y la creación de una Alta Autoridad de nuevo cuño, cuyas decisiones obligarán a Francia, Alemania y los países que se adhieran, esta propuesta sentará las primeras bases concretas de una federación europea indispensable para la preservación de la paz.


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Documentación completa sobre la Declaración Schuman